- Después del café yo me eche en la cama para leer el periódic,o que seguía virgen desde primera hora de la mañana, Iván i el nene se conectaron a su red insocial predilecta donde entre los dos suman cinco perfiles distintos, yo los oía reír desde mi cama, y de vez en cuando si me quedaba algo transpuesto me despertaban sus gritos hilarantes, la casa estaba llena de juvenil alegría, hacía tantos años que no sentía aquello, quizás nunca. La atmósfera era de feliz perfección. Me levante y también yo me conecte a mi Web social azul ultramar, allí estaba mi contacto italiano y me abordó al instante, es un chico de Italia que vive en la ciudad, no lo conozco, solo he visto sus fotos, es muy amable y a saber por sus imágenes, muy guapo, y también al parecer le intereso. Después de hablar como siempre de vaguedades me preguntó que hacia, le dije que estaba con mis dos amigos más queridos y que saldríamos hacia el tarde a tomar una copa, le invité a venir si le apetecía.
- No paras!
- Me dijo que si que le haría gracia pero qué donde sería el encuentro, le dije que no sabía aun. Te aclaro que en este momento, hacia poco rato que Iván se había ido a su casa para descansar un poco y habíamos quedado que sobre las once de la noche lo recogeríamos en su casa y que nos comunicaríamos por teléfono si había alguna novedad. O sea que al chico italiano, que se hacia llamar Josemi y que ya nos habíamos intercambiado móviles unos días atrás, le dije que cuando estuviese en casa de Iván le llamaría para decirle nuestro plan y a donde iríamos. Me dijo que estaba muy feliz de, por fin, tener la posibilidad de conocerme. Yo ya ves, como un pavo
- Real
- El nene me dice a las nueve de la noche que había hablado con Iván y que nos vistiésemos muy discretos y sobre todo que no nos pusiésemos eau de toilette para no oler demasiado y poder pasar así el código de entrada en la disco. Entendido. Camiseta negra, camisa a cuadros negro y gris, tejanos y zapas negros, más discreto imposible.
- De luto, casi.
- A las diez y media estábamos en la puerta del piso de Iván, la puerta del portal estaba abierta como siempre. Llamamos largo tiempo, no nos oía, estaba con la música muy alta y no apreciaba los timbrazos de la puerta de entrada, esperamos dos minutos, suerte que llevaba mi móvil y le pude llamar para decir que estábamos como el felpudo y de decoración en su puerta de entrada, riendo nos abrió la puerta, bajó la música y nos sirvió dos cocktails explosivos uno amarillo y otro rojo, yo cogí el rojo, puro Bacardi y algo de tomate, fuerte, fuerte.
- Borrachos.
- Si como casi no había comido nada desde el mediodía me sentó peligrosamente, nos dijo Iván que primero iríamos al ‘Chazz’ para hacer tiempo hasta la hora de ir a la disco. Llamo a Josemi y le digo que iríamos en una hora al sitio este, me dice que había ido mucho hacia tiempo, quedamos allí en más o menos una hora. Seguimos con el cocktail e Iván nos enseña un álbum antiguo de cuando era un crío, antes de conocer a su marido. La extraña perfección de su belleza me hizo estremecer, ver fotografías hechas tiempo atrás, verlo tan joven, con peinado y ropas de otra época, pero tan bello, tan exquisito, tan sublime, me conmovió vivamente. Ya estaba un poco pedo por la bebida, fuimos a su dormitorio se acabo de vestir para salir. Vestido para matar. Es sábado noche y la ciudad nos espera. Bajamos la calle de Iván hasta la avenida principal donde se encuentra en ‘Chazz’ cogidos del brazo los tres, diciendo tonterías, efectos etílicos bien claros
- Pues si que empiezas bien la noche
- Al llegar al club, medio lleno o medio vacío como quieras llamarlo, junto al guardarropía reconozco a Josemi, el italiano, es igual a las fotografías que colgó en la Web, me saluda con la mano, pido en la barra tres birras y me acerco a Josemi, nos damos un par de besos, es guapote, muy alto y muy buen cuerpo, le pregunto si quiere venir con nosotros. Por supuesto que si. Me contesta y me sigue hasta donde estaban Iván y el nene, los presento y me excuso de que estamos los tres algo subidos de tono por culpa de unas bebidas muy cargadas servidas diez calles mas arriba
- Ya sois cuatro
- Al instante hubo un muy buen rollo entre ellos tres, jóvenes de la misma edad. La generación liga mucho, la juventud todavía más. Miro a Josemi fijamente mientras digo tonterías incontroladas, el también lo hace pero en silencio veo al momento que le voy. Abre la veda de la palabra y veladamente me tira unas flores, las recojo, entre el alcohol y los piropos de este nuevo chico mi caja torácica esta a punto de explotar. Le digo que de qué parte de Italia es, y me dice que de donde he sacado que es italiano, es de aquí y se llama José Miguel si en la Web puso un nombre italiano es simplemente por filias particulares que nada tienen que ver con las nacionalidades. Quedo perplejo.
- Siempre metiendo la pata!
- Voy al lavabo y cuando regreso Iván ya lo ha puesto en guardia de lo que vamos a hacer a continuación. Josemi dice que también vendrá el DMEN con nosotros, yo contento, entiendo que no me quiere soltar tan pronto. Cuando hablamos de las tonterías habituales de los bares de copas, lo he ido tocando, ahora el brazo, ahora el hombro, también lo he agarrado una vez por la cintura. Se ha ido zafando ligeramente cada vez. Aunque le he aclarado la situación de los tres, va con prudencia, salimos a la calle. En un breve aparte, me pregunta que si se puede lanzar a fondo con respecto a mi. Le agarro del brazo y le digo mirándole a los ojos que por supuesto, y que todo esta muy claro entre nosotros. Que no se corte para nada.
- Estará muy claro para vosotros, pero yo no entiendo nada, cuelgo, me caigo de sueño, mañana seguimos,
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